Al acercarse las elecciones de Presidente, Gobernadores, Alcaldes y otros funcionarios públicos podría hacerse un llamado honesto, patriótico y revolucionario para investigar los bienes acumulados a través de sus respectivas gestiones. Estos funcionarios no han deseado nunca perpetuarse en el poder sino atender al bien ciudadano. Atrás dejarán sus promesas y obras, completas unas o inconclusas otras y las no realizadas, pero gracias al esfuerzo colectivo y al erario nacional nunca les habrá faltado su cobro mensual como funcionario público.
Nunca podrán ubicar a esos revolucionarios que iniciaron sus gestiones como hombres y mujeres del pueblo, viviendo en lugares distintos a los de su origen. Su deseo de superarse y con ellos a su comunidad los encontrará de nuevo en su mismo barrio, reconociendo a los vecinos que lo vieron realizar su campaña en favor de los menos favorecidos por una Venezuela mejor. Quizá alguno se halla mudado por razones familiares pero seguirá identificado con los valores que le permitieron ser representante de su comunidad.
Aquellos venidos de la clase media, regresarán a sus hogares satisfechos de haber cumplido con su deseo de hacer una gestión honesta y en pro de sus conciudadanos, entendiendo que el servicio público no es para hacerse rico sino para servir a la nación que en muchos casos los hizo profesionales gratuitamente.
Los contratistas que actuaron con las distintas administraciones quedaron con sus conciencias limpias y deseosos de continuar trabajando con gobiernos honestos y probos, donde la extorsión y las coimas no fueron la norma del día a día.
Pero esa mayoría de funcionarios y contratistas, se ve amenazada por otro grupo que frente a la incertidumbre y la falta de convicciones, se apresta a RASPAR LA OLLA. Hace poco el PSUV expulso al Alcalde de Guanarito en Portuguesa, que de seguro no se lucró solo y tiene entre miembros del partido, funcionarios y contratistas de esa Alcaldía a sus cómplices.
Una revolución que les permitió trabajar por el pueblo, debe reconocer ahora sus errores en la elección de sus candidatos, elegidos entre los mejores dirigentes del PSUV de cada localidad.
Esos pocos militantes del PSUV, elegidos por su militancia y con el apoyo para su elección del Presidente de la República y Presidente del PSUV Hugo Chávez Frías, no se merecen el reconocimiento del pueblo venezolano, por corruptos.
Frente a los nuevos procesos electorales, el movimiento revolucionario ya no debe suponer que existe un solo grupo o Partido Político que cuente con la militancia honesta y capaz de ejercer cargos públicos; debe seleccionarse a los nuevos candidatos y futuros funcionarios públicos dentro de la masa revolucionaria representada en todos los movimientos sociales y partidos políticos que han creído hasta ahora en que la participación es la única forma de mejorar la sociedad venezolana.
El Partido Comunista de Venezuela (PCV), el partido Unidad Popular Venezolana (UPV) y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), Tupamaro, UPV, entre otros, no han tenido responsabilidad administrativa en el Gobierno Nacional o Regional, han apoyado un proceso que tiene como fin la mejora de las condiciones de vida de todos los venezolanos, y fortalecer la unión entre las fuerzas socialistas."
El camino de los revolucionarios está lleno de pruebas, ahora enfrentamos una más: reconocer a quienes han utilizado el proceso revolucionario como excusa para robar o confabularse para parasitar del erario público, bajo los ideales del socialismo.
A ESOS "RASPADORES DE OLLA", LADRONES DEL ERARIO PÚBLICO, LA GENTE HONESTA DE VENEZUELA, SIN DISTINGO DE PARTIDO POLITICO, LOS REPUDIA COMO A LOS PARASITOS DENTRO DEL CUERPO HUMANO EN UNA LUCHA CONTINUA , EN LA QUE LOS REVOLUCIONARIOS DEBEMOS ASUMIR LA VANAGUARDIA EN LA GUERRA CONTRA LOS CORRUPTOS.
Es indispensable la autocrítica para mejorar y considerar los eventos que se suceden.
El tiempo es quien inexorablemente termina por revelar la verdad y hacer justicia. (EJQP)
Autor: Elías J. Querales
Fecha de publicación: 15/02/12
aporrea: http://www.aporrea.org/actualidad/a138625.html
